Cada vez que tengo un evento con degustaciones o asisto a una feria, cata o cualquier evento relacionado, me gusta ver los comportamientos de las personas. Aprendo mucho a través de estas experiencias.
Están los que tímidamente se acercan a leer las etiquetas y tratan de identificar alguna palabra conocida para decidir cuál vino probar. También los que llegan a pedir cualquier vino, no importa el color ni el orden en que se les sirva, pero los quieren probar todos. Y no puede faltar que nos topemos con el experto conocedor que dice que no le gustan los taninos del blanco o que prefiere el Valle de Uco porque los chilenos sí saben de vinos...(por si acaso no lo sabes, ambos son conceptos errados! No los repitas!!!!).

El caso es que gracias a todos los esfuerzos que estamos haciendo las bodegas y distribuidoras realizando degustaciones, catas, cenas maridaje, etc. y a que la gente es curiosa, nos da la oportunidad de conocer delicias de vinos de estilos y procedencias diferentes.
Me encanta cuando la gente se acerca y me dice: "Yo no se nada de vinos, pero quiero probar". Y es que por ahí comenzamos! Nuestro paladar y nuestra mente no tienen oportunidad de definir el gusto y aceptación o rechazo por algo mientras no lo probemos. Sabemos lo que nos gusta de manera básica: dulce, ácido, salado o amargo. Pero en cuanto a la complejidad de notas que nos ofrecen las distintas cepas y orígenes, lo mejor es probar.

Cuando una persona me dice: "A mí no me gustan los vinos" siempre le pido que me de una oportunidad para contra-argumentar y encontrarle un vino de su agrado. Casi siempre lo logro! O cuando me dicen: "No me gusta esa cepa", déjame decirte que aunque cada cepa tiene sus descriptores primarios, difícilmente podemos encontrar que dos vinos sepan igual, aún cuando sea la misma cepa o provengan del mismo país. Cada terreno y cada bodega le da una personalidad diferente a su vino. Esta combinación de cepa, tierra, clima y expertise (bodega) es lo que se conoce como "Terroir".
Así que sigue dándole la oportunidad a los vinos que no conoces, para que te dejes maravillar por las sorpresas que te puedes encontrar. Recuerda que el mejor vino es el que más te gusta. O también, el que se acabó!
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