¿Contiene sulfitos? - ¡No hay problema!
Actualizado: 15 sept 2021
Como tantas cosas en la vida, hay situaciones o frases que se hacen populares y se van ganando una reputación que las precede, de modo que se tornan amenazantes o incluso peligrosas. Mejor no caer en ellas, porque si algo pasa, pues fue por la imprudencia de no haber atendido la advertencia.

Bien dicen que "el que no sabe, es como el que no ve". Si hemos escuchado que lo natural es lo sano, que la moda es lo orgánico y si la ley obliga a las bodegas a poner "Contiene Sulfitos" en la etiqueta, será por algo, no? "Eso tiene que ser malo!!!".
Hemos escuchado cientos de testimonios de personas que aseguran que el vino les produce dolor de cabeza y culpan a los sulfitos. Los que padecen "flush reaction"; es decir, que se ponen rojos de cara y cuello, también se lo atribuyen a los sulfitos. Quizás, hasta hemos escuchado que son los causantes del calentamiento global. Pero detengámonos a pensar un momento: De dónde salen los sulfitos? Por qué se los agregan al vino?
Debemos partir de la base que los sulfitos o Dióxido de Azufre (SO2) son un subproducto generado de manera natural por el metabolismo de la levaduras durante el proceso de fermentación. También se encuentran de manera natural en regiones de suelos volcánicos.
Si bien el término "sulfitos" o "contiene sulfitos" se asocia inmediatamente al vino, existen multitud de productos del día a día que contienen sulfitos, a saber: vinagres, cervezas, sidras, refrescos, zumos, jugos, salsas, ensaladas, conservas vegetales, aceitunas, encurtidos, carne picada, filetes, hamburguesas, legumbres, frutos secos, gambas, marisco congelado, caramelos, galletas, barritas de cereales, postres dulces, fruta seca y productos con huevo, entre otros.
Los sulfitos son un conservante ampliamente utilizado no solo en la elaboración de vinos sino en la industria alimentaria por sus propiedades antioxidantes y anti bacterianas. Previenen la oxidación y mantienen la frescura del vino. Son un gran aliado para la industria del vino y se convierten en un guardián de su calidad.
Los niveles máximos permitidos de sulfitos en los vinos son:
Vinos tradicionales: hasta 200 mg/lt de vino en blancos y rosados y 150 mg/lt en los tintos. Y hasta 300 mg/lt en el caso de vinos dulces.
Vinos ecológicos (certificados): hasta 150 mg/lt de vino blanco y rosado y hasta 100 mg/lt en los tintos.